13 de noviembre, 2021

Acólitos y lectores: El desafío de vivir la misión más allá del servicio al altar y a la palabra

Acólitos y lectores forman parte del cuerpo de voluntarios del Departamento de Liturgia del Santuario de Fátima, que comprende más del 50% del número total de voluntarios en Cova da Iria. De los 246 voluntarios de este Departamento, cerca de un centenar constituyen el grupo de acólitos y lectores.

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Carmo Rodeia

El 14 de noviembre, el Grupo de Acólitos del Santuario de Fátima (GASF) celebra 36 años de existencia. Fundada en 1985, GASF está formada actualmente por 38 acólitos, con edades comprendidas entre los 9 y los 50 años.

Se trata ya de una “larga historia de servicio y dedicación a la liturgia”, con una matriz profundamente inspirada en la espiritualidad de este lugar, de niños, jóvenes y adultos, la inmensa mayoría, procedentes de Cova da Iria y parroquias de la zona de Fátima. Después de una formación inicial hacen su compromiso - investidura - y se convierten oficialmente en acólitos del Santuario.

“Sin duda que la mejor formación de los acólitos es su participación en la liturgia y su debida preparación” reconoce a Voz da Fátima el director del Departamento de Liturgia, P. Joaquim Ganhão, señalando que, cada año, trata de promover un curso de formación/actualización.

Además de este curso, el grupo coordinador busca, cada año, proponer un programa de actividades que incluya una reunión mensual con vistas a la formación espiritual y litúrgica, dos actividades de convivencia y paso cultural, además de la formación general ofrecida por el Santuario cada año.

“La gran insistencia que debemos hacer a todos los ministros de la liturgia es que la participación, ante todo, sea una actitud interior, de sintonía con el Misterio que se está celebrando”, dice el P. Joaquim Ganhão.

“La liturgia nunca puede reducirse a un 'espectáculo' artístico, sino que siempre es una celebración del Misterio de Cristo, en la que todos los que participan en ella deben sintonizarse e identificarse para dejarse implicar y habitar por la gracia que le es ofrecida”, aclara. Por tanto, la necesaria participación externa, “que se desea bella y digna”, debe corresponder necesariamente a “una verdadera participación interior”.

“La liturgia debe ser un momento de verdad cristiana siempre actualizada. En este lugar, nos inspira el testimonio de San Francisco Marto en su incesante búsqueda de Dios y en la experiencia interior del misterio inaudito de Su presencia eucarística”, añade, sin olvidar que San Francisco Marto es el patrón nacional de los acólitos y particularmente de los acólitos del Santuario de Fátima.

A diferencia del grupo de acólitos, el grupo de lectores es mayor, 58 miembros, pero también con el promedio de edad más alto, compuesto por voluntarios entre 42 y 78 años.

Para llevar a cabo su ministerio, “el lector necesita una preparación seria”, dice el responsable del Departamento de Liturgia. “Es necesario que, al mismo tiempo que anuncia la Palabra de Dios a los demás, sepa acogerla en sí mismo mediante la docilidad al Espíritu Santo. Debe meditarla cada día para que pueda alcanzar un conocimiento siempre más vivo y penetrante, pero sobre todo, para dar testimonio del Señor Jesús con la propia vida”, dice el P. Joaquim Ganhão. Y, compara: “el lector debe ser un verdadero cónyuge de la Palabra. Cuando deja su lugar para proclamar la Palabra en la liturgia, va al encuentro de su amada esposa para darla a conocer, acoger, amar y vivir por toda la asamblea reunida”.

Sin duda, “saber leer no es suficiente; es necesario aprender el sentido espiritual del texto, para poder proclamarlo de tal manera que penetre en el corazón de cada miembro de la asamblea reunida”.

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Fátima es un lugar privilegiado de Peregrinación y celebración de la fe

El Directorio de Piedad Popular y Liturgia afirma que “la permanencia en el Santuario deberá constituir el momento más intenso de la peregrinación y se caracterizará por el compromiso de conversión, ratificado oportunamente por el sacramento de la reconciliación; mediante expresiones especiales de oración, como la acción de gracias, la súplica o la petición de intercesión, en relación a las características del santuario y a los objetivos de la peregrinación; para la celebración de la Eucaristía, cumbre de la propia peregrinación” (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, n. 287).

Para que los peregrinos tengan una celebración de fe “digna y fecunda”, “es fundamental promover los diversos ministerios litúrgicos”. En este sentido, la pastoral litúrgica del Santuario cuenta con un grupo de unos 236 voluntarios en los distintos servicios/ministerios de la liturgia: acólitos, cantores, lectores y ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión.

El Santuario de Fátima, como la mayoría de las parroquias, no dispone de lectores y acólitos establecidos. La institución en estos ministerios todavía está reservada para los candidatos al diaconado y al sacerdocio, aunque ya ha habido una declaración reciente del Papa sobre la institución en estos ministerios.

“A falta de una 'institución oficial', hay, sin embargo, un discernimiento realizado por parte de los responsables y una aceptación de los diversos candidatos para formar y llevar a cabo estos ministerios en las celebraciones del Santuario. Este discernimiento y aceptación corresponde también a la disponibilidad para el servicio y la formación permanente ”, admite el responsable del Departamento de Liturgia. “Cualquier persona idónea, con una vida cristiana probada, puede solicitar estos servicios. La aceptación e incorporación al grupo dependerá de las capacidades de cada uno en relación al servicio que se proponga”, enfatiza el P. Joaquim Ganhão, quien reconoce que“ la proximidad al Santuario facilitará el buen desempeño”.

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“Ser acólito es una forma de servir, en la liturgia, contribuyendo al embellecimiento de las celebraciones. En el Santuario de Fátima, es poder hacerlo con humildad y dedicación, en el 'Altar del Mundo', al servicio de Nuestra Señora. Es con gran responsabilidad, honor y orgullo que he formado parte de este grupo de voluntarios, desde sus inicios. La forma en que realizamos las tareas se puede modelar, ya sea correcta o menos correcta.”
LUÍS FERREIRA
Acólito, 50 años

 

“He mirado este ministerio con gran responsabilidad desde que era pequeño. Con el tiempo, buscaba aprender más sobre la liturgia y quería ayudar a otros jóvenes en este hermoso ministerio. Un acólito tiene que ser una persona sencilla: acólito con actitudes y gestos, actuar en el momento oportuno, estar en sintonía con la ceremonia y estar dedicado al servicio de Nuestra Señora. Aquí, tenemos el placer de asistir bajo la inspiración de San Francisco Marto .”
CÉSAR VICENTE
Acólito, 47 años

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“Ser lector en el Santuario, personalmente para mí, tiene un gran significado que puedo definir en dos palabras: servicio y gratitud. Servir a la Palabra de Dios, servir a la Iglesia, servir a cada peregrino que llega al Santuario y participa en la Eucaristía. Gratitud, porque la Palabra de Dios “es faro para mis pasos y luz para mis caminos” (Sal 119,105), gratitud por poder ofrecer mi voz a Dios, para que todos puedan escuchar su Palabra, gratitud al Santuario por ejercer el ministerio del lector”
JOAQUIM DIAS
Lector

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